ACTIVIDAD 7:Calentamiento gloval
OTRAS FORMAS DE REVERTIR EL DAÑO A LA ECOLOGIA
Hoy, afortunadamente, existe
ya un “Convenio de Estocolmo” que, además de tener entre sus metas reducir y
llegar a eliminar totalmente doce de los COP más tóxicos, prepara el camino
para un futuro libre de COP, al tiempo que asistimos a un creciente desarrollo
alternativo de biopesticidas y biofertilizantes, dentro de una orientación
denominada “Biosíntesis”, que busca inspirarse en la naturaleza para avanzar
hacia la Sostenibilidad (Riechmann, 2000).
Hechos como estos han llevado a exigir la
aplicación sistemática del principio de precaución, que
prohíbe la aplicación apresurada de una tecnología cuando aún no se han
investigado suficientemente sus posibles repercusiones. Con tal fin se han introducido
–aunque tan solo están vigentes en algunos países- instrumentos como la Evaluación del Impacto Ambiental, EIA (con distintas formulaciones como
“análisis de riesgos ambientales”, “análisis de ciclo de vida” o “análisis de
la cuna a la tumba”), para conocer y prevenir los impactos ambientales de los
productos y tecnologías que se proponen. Un ejemplo relevante lo constituye la
regulación Reach (acrónimo inglés para “Registro,
evaluación y aprobación de sustancias químicas”) que entró en vigor en 2007,
tras vencer la encarnizada oposición del poderoso consorcio que representa el
CEFIC (Consorcio Europeo de Federaciones de la Industria Química). Se trata de
una norma que obliga a los industriales a suministrar pruebas sobre la
inocuidad de los productos que utilizan (Bovet et al., 2008, pp. 14-15). La
propia sociedad civil crea asociaciones para exigir políticas y normativas más
rigurosas, como, por ejemplo, la coalición Safer Chemicals, Healthy Familias,
que en EEUU comprende 440 organizaciones que representan a más de 11 millones
de personas preocupadas por la toxicidad de los compuestos químicos presentes
en sus hogares y lugar de trabajo (Leonard, 2013).
El problema de la contaminación en la ciudad de México es parte de la herencia de las administraciones priistas que tuvieron como consecuencia el crecimiento desordenado de la ciudad. En ese tenor podríamos inscribir al transporte público, a la invasión de los cauces naturales de los ríos, a la falta de atención al drenaje profundo de la ciudad, a la anarquía en la construcción de viviendas, a una demanda atendida de combustibles más limpios, y al crecimiento del parque vehicular en la medida en que se privilegió el uso del automóvil en detrimento del transporte colectivo.
Es paradójico cómo ante las alternativas para disminuir el efecto invernadero en esta ciudad, que se han propuesto en las últimas administraciones, como por ejemplo el programa Hoy no circula, segundos pisos y Metrobus, en su momento han sido denostadas por la oposición, sin presentar propuestas viables para tener un ambiente más sano, buscando sólo el botín político. En ese sentido, a menos de un año de arribar a la jefatura de Gobierno, Marcelo Ebrard ha instaurado una política ambiental de largo alcance con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la población.
Es así que se tiene prevista la ampliación de las rutas del Metrobús, la construcción de nuevas líneas del Metro, el uso de vehículos alternativos al automóvil, como son las bicicletas los fines de semana. Uno de los programas que suena muy interesante es el uso de alternativas energéticas para el transporte público.
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